por Paola Visca (desde Sao Paulo) – El precio de determinados bienes primarios -como granos, carnes, minerales y petróleo- es uno de los temas centrales de los actuales debates de la UNCTAD. Si se considera la importancia de dichos sectores en las economías del sur, se entiende perfectamente por qué es un asunto tan crucial. Además, en buena medida la UNCTAD nació apuntando a estabilizar los precios de esos productos y generar un intercambio más justo.
Actualmente la UNCTAD reconoce que las materias primas agrícolas son el medio de subsistencia de más de 2 mil millones de pequeños productores, lo que genera dependencia, vulnerabilidad y otros impedimentos para el desarrollo económico. De 141 países en desarrollo, 95 dependen en más del 50% de la exportación de productos básicos.
Algunos productos en especial han visto disminuir notablemente su precio, como el café y el algodón. Entre febrero de 1998 y noviembre de 2001 el precio del café cayó casi 68,5%, en tanto el del algodón descendió un 47%. Según estimaciones de Oxfam, los productores solo reciben en promedio el 6% del valor de cada paquete que se vende en los supermercados. Actualmente 25 millones de trabajadores del café están sumidos en la extrema pobreza.
La contracara de ésta dramática situación es la que disfrutan algunos productores de países del norte. Por ejemplo los agricultores de algodón de EE.UU. reciben ayudas y subvenciones que en 2000 alcanzaron los 4.200 millones de dólares, lo que equivale a seis veces el presupuesto anual de Burkina Faso.
Estos hechos explican la atención que se le está otorgando a los productos primarios en la conferencia de la UNCTAD, y la presión que ejercen varias organizaciones ciudadanas que están realizando campañas para demostrar los impactos negativos de los malos términos de intercambio y de los esquemas proteccionistas en los países industrializados.
Crisis en los precios
Christine Dawkins, vicepresidenta del Instituto en Políticas Agrícolas y Comercio (IATP) de Estados Unidos, alienta una campaña dirigida a mantener un piso en los precios de las materias primas, especialmente agropecuarias. Dawkins señaló que en las últimas décadas se observa una desvalorización de los productos básicos, donde «los precios internacionales han caído sistemáticamente, mientras que los precios a los consumidores se han mantenido constantes en el mejor de los casos o incluso se han incrementado». También comentó que «la brecha entre ambos tipos de precios tiende a aumentar cada vez más, creciendo los márgenes de ganancia de las corporaciones internacionales; y esta situación no es justa, especialmente para los pequeños productores».
En opinión de Dawkins, la razón por la que se mantiene esta injusticia es «el poder político de las corporaciones por parte del gobierno de los Estados Unidos, que marca los precios globales». La campaña llevada adelante por IATP tiene actualmente dos aspectos principales: Uno, aclarar esta situación y difundirla lo más posible hacia la opinión pública, para incrementar el poder global en contra de las propuestas de EEUU. Otro, buscar mecanismos para contener a las corporaciones que no hacen más que velar por los intereses de los grandes conglomerados, apelando por ejemplo a acuerdos internacionales sobre productos básicos
La integrante del IATP afirmó que los temas de la conferencia de UNCTAD se prestan para incluir estas consideraciones en la agenda de la conferencia y los gobiernos. Ellos esperan que en el marco de la UNCTAD, el llamado a incorporar el desarrollo como prioridad lleve a los gobiernos a adoptar una nueva política. En este sentido, el fracaso de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Cancún el año pasado puede considerarse positivo, ya que en aquel momento los gobiernos del sur establecieron una posición firme que puede generar esas posibilidades.
En el marco de la UNCTAD se contempla crear un grupo de tareas internacional independiente sobre productos básicos, lo que a juicio de Dawkins constituiría un avance. Si ese grupo de concreta se cuenta con cuatro años para difundir y trabajar sobre los mensajes, datos y estrategias frente al comercio en productos primarios.
Los propios documentos de UNCTAD que se discuten en estos días reconocen que en la actualidad no existe un marco consultivo de carácter amplio y sistemático que permita compartir información y utilizar los conocimientos especializados respecto a la situación de los productos básicos y el funcionamiento de sus mercados. Se afirma que la prioridad debería ser la ruptura del ciclo de la pobreza en que están encerrados muchos productores de este tipo de bienes y muchos países que dependen de estos.
La UNCTAD agrega que el proceso consultivo propondrá medidas concretas acerca de la facilitación de la colaboración entre todas las partes interesadas, distribución de los datos sobre las prácticas óptimas y las enseñanzas aprendidas, aumento al máximo de la movilización de la corriente de recursos, vulnerabilidad y riesgos del sector de los productos básicos, mecanismos para facilitar la participación de los agricultores de los países en desarrollo en los mercados internacionales, promoción de enfoques económica, social y ambientalmente sostenibles de la producción y el comercio de distintos productos básicos de interés para los países en desarrollo, entre otros.
Proteccionismo y subsidios
Paralelamente, la coalición internacional Oxfam está implementando una campaña contra los subsidios y protecciones a los bienes agrícolas de los países del norte. Gonzalo Fanjul, activista de esta organización, afirma que los pequeños productores están atrapados por reglas injustas, al competir con los productos subsidiados de los países ricos. Además, sufren malas políticas nacionales y débil acceso a infraestructura y créditos. Oxfam trabaja en todas esas áreas buscando romper con las desigualdades e injusticias del sistema de comercio actual.
Fanjul recuerda que los países ricos, a través de sus ayudas a las exportaciones, inundan los mercados internacionales con productos baratos, le quitan mercados a los países más pobres y presionan los precios a la baja. Oxfam pretende acabar con los subsidios que distorsionan el comercio, tales como las mencionadas subvenciones, o la costumbre actual de otorgar ayudas internas por medio de «cajas» donde simplemente se cambia el nombre a esas ayudas.
Las propuestas de Oxfam se resumen en un documento distribuido durante las reuniones de la sociedad civil en San Pablo («La trampa de la pobreza rural»), donde se reclama establecer una fecha para acabar con todas las formas de subsidios a la exportación, introducir fuertes penalizaciones sobre los subsidios nacionales que tienen un efecto sobre la producción y el comercio internacional, establecer una fórmula de acceso al mercado más equilibrada y acordar una solución específica para el tema del algodón.
P. Visca es analista de información en D3E (Desarrollo, Economía, Ecología y Equidad América Latina).