La crisis energética en el Cono Sur y la crisis de la integración

por Gerardo Honty – «Ya tenemos 30.000 soldados en la frontera con Bolivia», nos dice el taxista que nos lleva desde el aeropuerto de Santiago hasta un hotel en Providencia. «Lo mejor que podemos hacer es invadirlos y quedarnos con todo el gas». Pocos días antes el presidente boliviano había dicho «ni una molécula de gas a Chile» y el Alcalde de Santiago respondía «ni una gota de agua a Bolivia» agitando los centenarios recelos por la pérdida de la salida al mar de los bolivianos.

No pude saber si era cierto o no lo de los soldados, pero los taxistas en general encarnan el imaginario colectivo de una sociedad y lo despachan a gusto ante quien quiera (o no quiera) escucharlos.

Pocas horas después, en el Seminario sobre Energías Renovables organizado entre otros por el Parlatino, (CEPAL, 29 y 30 de abril) el vicepresidente de la comisión de energía de Chile increpaba al gobierno argentino endilgándole que su actitud defenestraba la imprescindible confianza para una verdadera integración. El Senador argentino Pedro Salvatori le salía al cruce en plena apertura del seminario, reclamando el derecho de la nación Argentina a priorizar las necesidades de su pueblo antes que las empresas chilenas.

En medio de este clima autoridades uruguayas trataban de convencer a Brasil que le vendiera energía eléctrica a través de las líneas argentinas. A pesar de la molestia que también existía entre los uruguayos por la ruptura unilateral de los compromisos de venta de gas argentino, la diplomacia del Uruguay evitó los enfrentamientos abiertos.

Así se presentaba la crisis energética en el Cono Sur en el mes de abril. Una crisis que parece echar por tierra cualquier sueño de integración política de los estados, con desconfianzas, amenazas veladas y explícitas y hasta probables movimientos de ejércitos. En tanto ministros y empresas de la energía tratan de recomponer las meras interconexiones energéticas, comúnmente confundidas con «integración».

El boletín B4E sobre energía y desarrollo sostenible ha preparado una edición especial revisando las principales noticias sobre este tema entre fines de abril y mediados de aayo. Esperamos con ello ofrecer ejemplos sobre la marcha de esta crisis.

A continuación los contenidos de B4E:

ARGENTINA

Cortes y subas de gas: La semana pasada el presidente argentino Néstor Kirchner anunció que subirá un 40% las tarifas de gas. El particular ya había sido adelantado por el subsecretario de Combustibles, Cristian Folgar, que a fines de abril había anticipado que no sólo faltará el gas sino que también será más caro. En ese momento ya se había anunciado que entre mayo de este año y julio de 2005, el valor del gas aumentaría entre 120 y 180% según la zona de procedencia.

Por otra parte, pese a la compra de 4 millones de metros cúbicos diarios de gas acordada con Bolivia y la importación de casi 1,3 millones de litros de fuel oil y gas oil definida con Venezuela, las industrias locales tendrán que soportar en el invierno una restricción récord de gas que amenaza con afectar tanto a los consumos «interrumpibles», como a los suministros firmes o garantizados. Esto obedece al fuerte repunte de la economía y a que la oferta de combustible no alcanza para todos los usuarios. Pero aunque el secretario de Energía argentino, Daniel Cameron, sostuvo que en el invierno habrá como mínimo 70 días con cortes de gas, Folgar dijo que el gobierno «adoptará todas las medidas que sean necesarias para que no haya problemas con el abastecimiento de gas a las casas de familia».

Plan de racionalización energécia: El gobierno argentino difundió esta semana su Programa de Uso Racional de la Energía con un sistema de incentivos y gravámenes según la forma que se utilice las electricidad y el gas. El programa se aplicará en la zona metropolitana (11 millones de habitantes) bajo el lema: «Ahorrando energía ahorran Ud. y el país».

El plan contempla el aumento de hasta un 50% en las facturas de electricidad para quienes hayan consumido entre un 25% y un 50% más de esta energía en comparación con igual período de 2003. En el caso del gas el incremento será de del 35% al 40%. Por otra parte, quienes tengan un consumo inferior de un 10% con respecto al 2003 se beneficiarán con una rebaja de hasta un 11%. Para algunos analistas argentinos, esta es una forma encubierta que el gobierno utiliza para llevar adelanta una necesaria suba de tarifas que en el discurso se opone a realizar.

Otras medidas que se estudian son acotar el alumbrado público, reprogramar horarios de espectáculos nocturnos y aumentar o restringir el uso de GNC para automóviles.

Inversiones y empresa nacional de energía: El gobierno de Néstor Kirchner anunció la creación de una Empresa Nacional de Energía que funcionará como «empresa testigo» del sector energético. La intención del gobierno es crear una estructura que le permita tener presencia en el mercado energético y participar en algunos proyectos de inversión para mejorar la infraestructura del sector. Se pretende que la nueva empresa ejerza el control de la exploración y de la explotación del petróleo y del gas. El objetivo esencial es saber con certeza la cantidad de reservas que tiene el país en gas y petróleo.

Enarsa (como se llamará la empresa) se dedicará a la exploración de yacimientos off shore e intervendrá en el transporte de gas y electricidad, dijo el ministro Julio De Vido. En la empresa serán socios el Estado nacional (53%), las provincias (12%) y el 35% restante de las acciones serán ofrecidas al sector privado en la Bolsa. El plan incluye obras por $ 11.149 millones entre las que anuncian nuevos gasoductos y la terminación de Atucha II.

Para tener fondos que hagan posible toda la batería de medidas presentadas, el Gobierno resolvió aumentar un 5% las retenciones para el petróleo, naftas y gasoil y un 15% se aplicará a las exportaciones de gas licuado de petróleo. Las medidas incluyen la creación de la empresa estatal de energía, Enarsa, mediante un proyecto de ley que será enviado en los próximos días al Congreso.

Por otra parte el gobierno argentino anunció que el sector privado invertirá unos 2.000 millones de dólares en 2004 en proyectos de infraestructura diseñados por el Estado, la mitad para el sector energético, que atraviesa una crisis. «Esperamos inversiones planificadas por el Estado y desarrolladas por los privados por unos 2.000 millones de dólares de los cuales más de la mitad será para el sector energético», dijo el ministro de Planificación e Inversión Julio De Vido, durante un seminario en Bs.As. organizado por el Banco Mundial y otras entidades. El jerarca destacó la puesta en marcha en el corto plazo del «mercado electrónico del gas», al que consideró como «una medida clave dentro del plan energético que servirá para transparentar» la compra del fluido por parte de las empresas.

Argentina sufre una escasez del suministro de energía que obligó a limitar las exportaciones a Chile y Uruguay y a comprar gas natural a Bolivia y fuel oil a Venezuela. También anunció la construcción de un gasoducto que «llevará gas desde Bolivia para abastecer a las provincias de Formosa, Chaco (ambas en el noreste), Entre Ríos (centro-este) y Buenos Aires y también a Paraguay».

Dos nuevos gasoductos: El gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, presentó al gobierno argentino una propuesta para paliar la crisis de abastecimiento de gas a Chile. La idea, que se hizo llega al canciller Rafael Bielsa, fue calificada como «interesante» en el Palacio San Martín y «será estudiada» por el ministro de Planificación Julio de Vido, junto con otras iniciativas que el gobierno evalúa para subsanar el incumplimiento contractual en el suministro de gas. La propuesta del gobierno neuquino consiste en la construcción en territorio trasandino, de un gasoducto de 475 kilómetros que interconecte los gasoductos Pacífico y Gas Andes, por los que se transporta el gas desde la cuenca neuquina hacia Chile, el primero en dirección a la ciudad de Concepción y el otro a Santiago.

De ese modo, según explicó Sobisch, todo el sistema de suministro de gas chileno podría funcionar como un bloque bidireccional. La obra permitiría aumentar el abastecimiento de los actuales 10 millones de metros cúbicos diarios a 19 millones. Neuquén es la principal productora de gas del país y cuenta con un horizonte de producción de 15,5 años. Desde la cuenca neuquina se exporta el gas para cubrir el 33% del consumo de Chile. Sobisch dijo que la falta de previsión y planificación nacional son las principales causas de la crisis energética que sufre el país. Agregó que ello derivó en la ausencia de inversión y que también influyó en el congelamiento del precio del gas y el consecuente uso indiscriminado del recurso.

Por otra parte los gobiernos de Argentina y Bolivia invertirán unos US$ 1.000 millones en la construcción de un gasoducto entre ambos países, según anunció el Director Nacional de Economía de los Hidrocarburos de Argentina, Diego Guichon. El funcionario argentino adelantó que el gasoducto debe estar en condiciones de operar en el invierno de 2006, con capacidad de transporte de 10 millones de metros cúbicos por día. En 2010 esa capacidad será ampliada a 20 millones de metros cúbicos diarios, explicó Guichon, quien agregó que la inversión es de suma importancia para Argentina, ya que tendrá un enorme impacto positivo en el abastecimiento interno.

Se espera un invierno complicado: «Crisis hay. Lo que no hay es emergencia». Por primera vez desde que comenzaron los cortes de gas y electricidad, a mediados de abril, el secretario de Energía, Daniel Cameron, se refirió públicamente al problema que más urge al gobierno en estos momentos. Fue durante un encuentro ante la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados. Contestando a las inquietudes de los legisladores fue contundente en el diagnóstico: «Es cierto que vamos a tener un invierno que no va a ser fácil». Cameron agregó que el aumento de la demanda de gas, principal desencadenante de la crisis, había estado fuera de los cálculos del gobierno y el sector privado. Admitió que «la situación, sorprendió tanto a los prestadores como a nosotros. El gobierno ha tomado decisiones, ha mostrado capacidad de reacción», le dijo a los diputados, y recordó que una de las principales medidas había sido la importación de energía eléctrica brasileña.

Durante la reunión, que se extendió por casi 5 horas, el funcionario procuró no alarmar. Dijo que el gobierno podría sobrellevar la situación durante los próximos dos años, y que no se estaba ante un escenario extremo. «Parece que estuviéramos esperando todos para festejar cuando se caiga todo», se quejó. Y alertó sobre las consecuencias de la escasez de gas, y deslizó una realidad que hasta ese momento nadie del gobierno había admitido: no sólo los servicios interrumpibles corren riesgos de cortes durante el invierno, sino también los firmes, aquellos que utilizan las empresas que han pagado una tarifa más alta para resguardarse.

Proponen construcción de geotérmica: Entre las vías para salir del apuro energético que se barajan en el Ministerio de Planeamiento y algunos organismos del sistema científico argentino figura la construcción de una central geotérmica de 100 megavatios en las termas de Copahue, Neuquén.
Copahue II, capaz de iluminar una ciudad de 15.000 habitantes, podría construirse y entrar en línea dentro de apenas dos años. La idea es transformar los muchos yacimientos de calor subterráneo de la Argentina en corriente eléctrica de alta disponibilidad, bajo costo y escaso impacto ambiental. Las centrales geotérmicas funcionan a partir de sitios donde el vulcanismo calienta las napas profundas de agua a entre 150 y 300 grados.

Sacarle electricidad a ese yacimiento es sencillo: se «pincha» el reservorio mediante un pozo semejante a los de petróleo, el agua, súbitamente despresurizada, se transforma en vapor que asciende por el caño, hasta una turbina generadora de electricidad en la superficie. Luego de hacer girar la turbina
el agua se condensa y reinyecta en el reservorio, para que no se seque. ¿Qué ventajas tendría la electricidad geotérmica en el contexto argentino actual? «La construcción es rápida y muy barata, y el combustible lo pone la Pacha-Mama», sintetiza el doctor Gustavo Bianchi, jefe de desarrollos de la firma de servicios petroleros San Antonio Pride y asesor científico de la Cámara de Diputados, que empuja el proyecto Copahue II en el Ministerio de Planeamiento. Los yacimientos de calidad -explica el doctor Rubén Etcheverry, ingeniero y ex subsecretario de energía de Neuquén- son frecuentes en el área cordillerana, tanto en la Argentina como en Chile.

URUGUAY

Rezando para que llueva: Según el gobierno de Néstor Kirchner, la crisis energética desatada en Argentina que obligó a racionalizar las exportaciones de gas natural a Chile, Brasil y Uruguay, sobrevino porque los concesionarios privados «cerraron la canilla» para negociar tarifas más ventajosas; según los proveedores, la pesificación de las tarifas los dejó sin capital para invertir en la detección de nuevos yacimientos. La realidad es que hoy, Argentina sólo tiene reservas de gas hasta 2018 –al ritmo de extracción actual– y se espera que en la región, la demanda aumente entre un 5 y un 10% por año durante un período prolongado. En Uruguay la alternativa más firme parece ser la construcción de una usina generadora de ciclo combinado a gas natural que se ubicaría en San José, para lo cual están trabajando los proyectistas de UTE. Recurrir a energías alternativas no parece estar en la cabeza de técnicos y gobernantes. Mientras tanto, los sofocones energéticos obligaron a poner en funcionamiento las carísimas centrales térmicas de La Tablada y Batlle lo que seguramente repercutirá en las facturas que lleguen a los hogares uruguayos además de multiplicar varias veces la contaminación del aire en Montevideo.

Así como Kirchner niega que haya existido imprevisión cuando su par chileno Ricardo Lagos le reprocha el corte del suministro de gas, el gobierno uruguayo hace lo propio. La ausencia de planificación a cualquier plazo en el gobierno uruguayo quedó de manifiesto cuando después de varios meses de falta de lluvias, ante las cámaras de TV el presidente Jorge Batlle no tuvo mejor idea que decir que ahora la solución más cercana eran las lluvias y que entonces había que «rezar para que lloviera». La política energética-o mejor dicho su ausencia-es sólo un ejemplo de la imprevisión que domina el accionar gubernamental.

Acuerdo energético con Brasil: El ministro de Industria, José Villar, informó que se renovó el acuerdo que vencía el 30 de abril para que Uruguay siga recibiendo energía de Brasil, vía Argentina. Esta es la primera vez que en América Latina un país vende electricidad a otro utilizando la infraestructura de transporte de un tercero. El ministro dijo que esta prórroga permitirá seguir ahorrando agua del sistema de represas sobre el Río Negro, ganando tiempo para la normalización de las lluvias. Sin embargo, de los 500 megavatios que se supone es lo que debería estar llegando desde Brasil, Uruguay sólo está recibiendo 200 porque los otros 300 quedan en el mercado argentino.

Mientras tanto, el presidente de UTE, Ricardo Scaglia, avanzó en Brasilia con las autoridades energéticas en el pliego de condiciones para el suministro permanente de electricidad por la línea de 70 MW que une Rivera y Santana do Livramento. Desde el 30 de abril la electricidad brasileña ingresa a Uruguay a un precio del orden de los U$S 35. Esta energía proviene de generación a carbón debido a que el corte en el suministro de gas natural afectó también a Brasil además de Chile.

CHILE

Gobierno argentino ordena cortes de gas a Chile: La sonrisa que Soledad Alvear, canciller de Chile, mostraba el sábado 24 de abril, después de reunirse en Buenos Aires con su par argentino, Rafael Bielsa, era ajena a lo que se había concretado pocas horas antes: desde las 6 de la mañana de ese día, la Argentina había decidido aumentar los cortes de gas a las empresas chilenas, una medida que puede tensar más la relación entre ambos gobiernos por la crisis energética. Pretendiendo justificar la medida, el gobierno argentino dice que «sólo estamos aplicando las mismas restricciones a Chile que a las empresas argentinas». El recorte en las ventas del fluido a Chile ahora llega a entre 3,3 y 3,5 millones de
metros cúbicos por día cuando la semana pasada se había reducido a 2,4 millones. Las empresas afectadas son las del norte de Chile, que reciben el gas de productoras que operan en el noroeste argentino, como Pluspetrol, Tecpetrol y Exxon Mobil.

Juan Clavería, gerente general de la firma de energía eléctrica chilena Edelnor, la más perjudicada, lo comunicó ayer en Santiago, durante la asamblea de accionistas, y agregó que la razón de la medida era un incremento en el consumo de gas dentro de la Argentina. No es otra cosa que lo fijado por la
resolución que dispuso las restricciones a Chile: la prioridad es el abastecimiento interno. Y eso ocurrió, en las últimas horas, con la vuelta de las bajas temperaturas. Se encendieron más calefactores, más calefones y se agravó la situación. Tal escenario alarma y complica a Chile, que le compra a la
Argentina un 90% del gas natural que utiliza. Tanto que las autoridades chilenas ya tomaron medidas: por medio de una resolución, la Superintendencia de Electricidad y Combustible lanzó un plan de contingencia que dispone las prioridades de racionamiento. Lo último que se cortará, dice el texto, es el suministro a hogares y hospitales. El racionamiento también llegó para Brasil que sufrió el corte de 2,5 millones de metros cúbicos diarios de gas.

Lagos acusa a Kirchner por crisis energética: El presidente chileno, Ricardo Lagos, afirmó que el gobierno de la Argentina «no tiene claridad» sobre el tema del gas natural, al ser consultado sobre la nueva reducción del volumen exportado a Chile. «Desgraciadamente creo que esa falta de diagnóstico es la expresión de una situación demasiado fluida en la Argentina. Ellos no tienen claridad sobre lo que está ocurriendo en estos momentos», enfatizó el mandatario chileno con tono enérgico. Producto de estos últimos recortes a Chile le están faltando cerca de cuatro millones de metros cúbicos de gas, o sea el 25 por ciento de lo que importa desde Argentina, según informó el diario «El Mercurio». El racionamiento obligó a las autoridades chilenas a aumentar en un 2,8 por ciento promedio las tarifas de electricidad para compensar el mayor costo de sustituir el gas natural por otros combustibles (carbón o petróleo).

Las autoridades argentinas no tardaron en responder a las declaraciones del presidente Lagos. «Reclame a las empresas», fue la recomendación de Kirchner al gobierno chileno, en lo que para muchos representa dejar en manos de los privados la solución al racionamiento de gas. Por su parte, el jefe del gabinete argentino, Alberto Fernández dijo que lo que Chile tiene que entender es que la restricción no es un problema de imprevisión de la autoridad argentina, «por lo menos de ésta…Lo que ocurre es el resultado de años de falta de inversión en exploración, explotación y distribución de gas». Explicó que los cortes en las ventas de gas a Chile se realizaron para cumplir con la ley argentina que exige al gobierno garantizar el abastecimiento interno y usar el excedente para las exportaciones.

La ministra de relaciones exteriores chilena, Soledad Alvear calificó como «delicadas» estas declaraciones y reafirmó la posición chilena: que los tratados internacionales prevalecen por sobre las normas internas, ya que forman parte del derecho internacional. Entretanto, el gobierno chileno anunció que la empresa nacional de petróleo liderará un consorcio para desarrollar un proyecto de importación de gas natural licuado en barco desde destinos lejano y pronosticó que para 2007, Chile será independiente, energéticamente hablando.

Chile no descartó aún recurrir a un arbitraje: Ante la posibilidad de que la comisión bilateral creada para buscar fórmulas de solución a la crisis del gas no llegue a acuerdos favorables para Chile, el gobierno de Ricardo Lagos advirtió ayer que no descarta la posibilidad de recurrir a un arbitraje internacional. Sin embargo, se aclaró que antes se agotarán las negociaciones.

La canciller Soledad Alvear fue la encargada de alertar sobre el arbitraje internacional que acrecentaría el deterioro de las relaciones entre los dos países. «Está abierta la posibilidad de poder recurrir al arbitraje en caso de que no prospere el trabajo que está realizando en este momento la comisión reunida en Buenos Aires», dijo Alvear, tras analizar el problema con Insulza y con el ministro de Economía y Energía, Jorge Rodríguez.

El alcalde de Santiago y candidato presidencial de la coalición de derecha, Joaquín Lavín, dijo que ha llegado el momento de «pasar de las palabras a la acción», porque con sus palabras el gobierno chileno no consiguió nada. Además del boicot hacia los productos argentinos que propuso, Lavín sugirió acudir a los organismos internacionales para denunciar el incumplimiento.

Chile importará gas natural licuado. El presidente chileno, Ricardo Lagos, anunció anoche que, ante la crisis suscitada por los recortes de gas natural argentino, la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) liderará un consorcio para desarrollar un proyecto de importación de gas natural licuado en barco desde destinos lejanos y proyectó que para 2007 «Chile será independiente, energéticamente hablando»,
dijo. La idea, que fue estudiada por empresas privadas chilenas como Metrogas y Copec, permitiría diversificar las fuentes de abastecimiento de gas e independizarse de su único proveedor actual, la Argentina. «Chile debe ejecutar un proyecto que permita traer gas desde países distantes, que están en condiciones de proveernos gas natural licuado, descargarlo, regasificarlo y conectarlo a la red que existe en el país», consideró.

Según Lagos, el plan requiere una inversión del orden de 400 a 500 millones de dólares. «Tenemos hasta el 2007 para realizarlo y lo haremos», agregó. El mandatario recogió el ofrecimiento de gas natural licuado realizado por el gobierno de Indonesia, en una gira que realizó en los últimos días a ese país y que lo llevó también a Sudáfrica, Singapur y Nueva Zelanda.

BOLIVIA

Ni una molécula de gas a Chile: Bolivia exportará, en principio por espacio de seis meses, un volumen diario de hasta 4 millones de metros cúbicos de gas a Argentina. El energético comenzará a bombearse por un ducto construido a principios de los 70 entre la localidad boliviana de
Pocitos y Campo Grande, en territorio norte de Argentina, desde mayo que viene. Bolivia condicionó la venta de gas a que Argentina no pase ni «una molécula de gas» a Chile.

Muchos en Bolivia, con el sentimiento nacionalista exacerbado tras las movilizaciones sociales que culminaron en octubre con el derrocamiento del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, temen que su gas llegue a Chile a través de la conexión entre la meridional zona boliviana de Pocitos a la septentrional planta argentina de Campo Durán.

En sintonía con los líderes populares, el presidente Mesa declaró de manera contundente su decisión de no vender «ni una molécula de gas a Chile». En septiembre y octubre de 2003, el anuncio de la exportación de gas natural a Estados Unidos a través de puertos chilenos desató una serie de
movilizaciones populares en la región occidental del país que terminaron con la renuncia y posterior fuga al exterior del derechista Sánchez de Lozada y un saldo de 70 personas muertas, según organizaciones humanitarias.

El fuerte recelo popular de los bolivianos se arrastra desde la llamada Guerra del Pacífico de 1879, cuando este país pierde sus costas en beneficio de Chile, los dos países involucrados en el conflicto bélico limítrofe junto con Perú. Santiago y La Paz volvieron a interrumpir sus relaciones diplomáticas en 1978, tras el fracaso de una gestión binacional para recuperar esa salida al mar.

Ni una gota de agua a Bolivia: El líder de la oposición chilena y actual alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, hizo hoy un llamamiento al Gobierno del socialista Ricardo Lagos para que sea mucho más duro con Argentina y Bolivia por el tema del recorte en las exportaciones de gas natural, al tiempo que utilizó las palabras del presidente boliviana, Carlos Mesa, para advertirle que si «ni una gota de gas llegará a Chile», entonces, «ninguna gota de mar llegará a Bolivia».

Lavín aseguró que está convencido de que «Chile tiene que ser mucho más firme con Argentina y con Bolivia». «Si el presidente de Bolivia dice que ni una gota de gas llegue a Chile, nosotros debemos contestar que ni una gota de agua llegará a Bolivia», sentenció.
Asimismo, el alcalde de la capital aseveró que si Argentina reduce las exportaciones de gas, lo más lógico es que Chile responda con medidas equivalentes, como un aumento en los aranceles a los productos de ese país.

 

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G. Honty es director de CEUTA e investigador asociado a D3E (Desarrollo, Economía, Ecología y Equidad – América Latina).